En CBV
siempre hemos defendido que hay que hacer comprensible la Cultura del vino y no
encerrarnos en una especie de lenguaje secreto que solamente entienden los que
están metidos en esta “secta”
Hay palabras
que al hablar de vinos se repiten bastante, y en un grupo más o menos heterogéneo
todos asienten, pero la verdad es que más de la mitad no entiende nada. Te
queremos ofrecer la traducción de algunas de estas palabras claves para
entender de vinos y no morir en el intento
Brillo: Se tiene en cuenta, sobre todo, en los vinos
blancos o espumantes. Más brillante se ve el vino, más limpio está: esto
significa que no tiene materias nadando en él y que al filtro de la luz tienen
un brillo una luz cristalina.
Lágrimas o piernas: Son los rastros en forma de lágrima
que deja el vino en el cristal de la copa después de hacerlo girar por ella. Al
poner la copa recta se podrá ver si fluyen rápida o lentamente, si es corta y
gorda denota un vino que tiene mucho azúcar quizá no hizo bien la fermentación,
si es fina y larga y se desliza rápida buen vino con una fermentación correcta.
Cuerpo: No es que tenga un lomazo. Un vino tiene cuerpo
cuando tiene fuerza y peso en boca, es decir que dura y se nota en el paladar, además
arrecia en boca conteniendo un buen porcentaje de alcohol.
Amable: Es la primera sensación que se percibe cuando el
vino que se introduce en la boca es de una estructura que no impacta de golpe y
que es menos alcohólica (aunque más amable es quien invita el vino).
Redondo: Quieren decir que los 4 principales sabores
(salado, dulce, áspero o tánico y ácido) se encuentran medianamente balanceados
o parejos y equilibrados que ninguno destaca. Es la característica de un buen
vino.
Persistencia o caudalí: Tiene que ver con el tiempo que
dura lo que sentimos del vino en nuestra boca. La persistencia va de media,
baja a alta, dependiendo de lo que tarde en irse la sensación en nuestra boca.
Si dura más de 10 segundos hablamos de un caudalí medio y más de 12 segundos
una persistencia o caudalí alto.
Elegante: Es cuando, además de estar equilibrado, da notas
delicadas en boca que son más propias del olfato.
Crianza: Ni pedigrí ni buena familia. Se habla de crianza
cuando un vino pasó tiempo en una barrica o tonel y en botella. Este paso del
tiempo le da un mínimo aporte de oxígeno y también le otorga aromas
provenientes de la madera.
Amplio: el vino puede ser amplio tanto en aromas como en
sabores, generando varias sensaciones al mismo tiempo.
D.O.C.: Denominación de Origen Controlado, es la región
o una zona geográfica determinada y limitada donde se encuentran las cepas que
dan origen a ese vino, con la intención de proteger las características del
producto de esa región.
Joven: esta expresión está últimamente muy de moda: se
denominan jóvenes a los vinos que ya salen de la bodega listos para ser tomados
y no han tocado madera por tanto hay que beberlos cuanto antes y no son vinos
de guarda.
Aterciopelado: si bien suena a letra de bolero, se
trata de la sensación que deja un vino cuando, por el transcurso del tiempo,
pierde algo de su aspereza original al suavizarse sus taninos, dando una
sensación más suave en boca.
Bouquet: sólo pueden tenerlo los vinos con crianza, ya
que es el aroma que se genera con el paso del tiempo. Un vino con bouquet ofrece
aromas como el tabaco y cuero, por ejemplo.
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