jueves, 5 de mayo de 2011

Cune crianza 2008, la tradición a tu alcance

Cvne es el nombre de la bodega inicial, creada en 1879. Hoy en día continúa situándose en la Rioja Alta, en el Barrio de la Estación de Haro.  La mayoría de sus edificios datan del siglo XIX, sobre ellos se edificaron locales para la elaboración, embotellado y expedición de vino. Fue una de las primeras bodegas que embotelló y en el año 1900 podía incluir en el proceso de envejecimiento hasta 80.000 botellas. Hoy en día sigue dándose muchísima importancia al embotellado, como fase crítica de un proceso encaminado a lograr la mejor calidad posible.
La cosecha del 2008 fue favorecida por excelente climatología, temperaturas suaves y abundantes lluvias durante todo el período. Hubo un retraso en la fecha de vendimia con respecto a años anteriores debido a la bajada de temperatura que tuvo lugar al final de la maduración, por lo que se obtuvo la evolución perfecta de los parámetros establecidos para la uva, que junto al bajo rendimiento por hectárea, dió una cosecha de gran calidad.

El descanso en barrica es uno de los momentos más críticos ya que el vino desarrollará sus aromas, su cuerpo y el recuerdo que dejará en el consumidor.  Se usan barricas de roble ya que tienen la consistencia, manejabilidad y porosidad deseadas y son económicamente favorecedoras. Tienen, a su vez, la porosidad suficiente para que pase aire lentamente, sin que ocurra una oxidación excesiva. Cvne selecciona cuidadosamente dicha madera para criar cada uno de sus vinos con los mejores materiales.  En las barricas el vino enriquece su abanico de aromas gracias a la madera y el tiempo, que es nada más y nada menos que doce meses para el crianza. Tras el envejecimiento, controlado y cuidado con mimo, se procede al embotellado, donde desarrollará su bouquet. En la botella de vidrio el vino adquiere otros aromas nada despreciables que contribuyen a la armonización de todos los sabores.

Las variedades de uva utilizadas para este vino son en un noventa por ciento Tempranillo y en un diez por ciento Garnacha tinta y Mazuelo. Se comercializa en botella bordelesa. Su grado alcohólico es del 13% de volumen, su acidez total de 5,38,  un pH de 3,61 y una acidez volátil de 0,45.
Podemos observar un brillante color cereza (picota) con matices violáceos. En la fase olfativa podemos detectar aromas de frutas rojas y regaliz así como su carácter joven. El equilibrio de aromas caracteriza este vino por lo que los aromas principales están perfectamente integrados en un fondo de coco, vainilla y madera. Al saborearlo podemos apreciarlo como un vino con cuerpo, perfectamente equilibrado y ligero que entra en nuestra boca de forma fresca, así como con un postgusto agradable con ciertos matices de frutos rojos, café y madera. Genera, por otra parte, sensación astringente en la boca.
Es un vino que concuerda a la perfección con nuestra querida dieta mediterránea, podemos acompañarlo con numerosos platos típicos de nuestra cultura como estofados, asados y otros platos elaborados, así como simplemente con un buen jamón serrano o queso de sabor relativamente fuerte.

Personalmente, este vino quedó grabado en mi memoria al probarlo en una reunión de amigos, ya que habitualmente el vino tinto no es de mi agrado y al probar éste descubrí un mundo nuevo.
Comprobé la gran diferencia que puede haber de un vino cuidado durante todo su proceso de elaboración, en el que podemos apreciar gran intensidad de aromas, con otros tipos de elaboraciones menos tradicionales.  Me sorprendió gratamente, ya que no me esperaba ese amplio abanico de aromas y sabores que nos puede mostrar una pequeña copa de vino. Desde que pude saborearlo mi interés por el mundo vitivinícola  se ha despertado y mi generalización anterior acerca de mi rechazo hacia el vino ya es historia. La sinergia producida al unir tradición y tecnología nos permite en el siglo XXI disfrutar de algunos de los aromas que apreciaron nuestros antepasados. Muchos momentos importantes se acompañan de una copa de vino y, en ocasiones, es él el que da pie a ciertos momentos, como dice el refrán “el vino es buen vino cuando se toma con un amigo”.
PAULA SARABIA GONZÁLEZ

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