jueves, 26 de julio de 2012

CORCHO Y BOTELLA UNO PARA EL OTRO



El cierre de una botella, suele desvelar mucha información sobre su contenido. El tapón de corcho, con lugar a pocas dudas, constituye el mejor sistema de cierre para los vinos, preserva el contenido, permite su maduración y es una garantía en su evolución organoléptica. 

Gracias al rigor y a la destacable evolución de la industria corchera, deja casi en la literatura o en el anecdotario los problemas de un vino, atribuibles al tapón. Intentemos recordar como consumidores cuantas veces nos hemos encontrado, en los últimos años, un vino con defectos de corcho.

La actividad corchera supone la producción de un recurso renovable y natural, que además de mantener un oficio histórico, supone la garantía de perpetuación de un ecosistema de gran valor, donde conviven especies vegetales y animales. La industria corchera es la primera del estado en medir su huella de carbono. Un estudio reciente ha concluido que el corcho, en todas sus fases de producción, retiene más C02 del que emite, determinando que el tapón de corcho, además de todas sus virtudes, es una opción sostenible.

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