OPINIÓN
Víctor de la Serna al hablar de
Cultura del Vino nos dice que: “Cultura
del vino la tiene el ciudadano o la ciudadana que, además de disfrutar de su
copa, quiere saber algo más sobre su contenido y sobre su origen (porque es
agudamente consciente de que es un producto natural, agrícola, cuyas
características dependen del suelo y el clima y la uva de los que ha nacido),
tiene una cierta conciencia del papel del vino en la forma de alimentarse y aprecia
y comparte el sentido de la tradición, de la compañía y de la mesura que
definen esa cultura.”
Todo lo contrario a la Cultura
del vino es la falta de mesura, opacar los sentidos con lo etílico, separarlo
de la gastronomía, no ver detrás del vino el factor humano que hay, la
naturaleza que lo acoge, el terroir que lo da a la luz, los orígenes de su
tierra, el disfrute de sus aromas, texturas y sabores … que nos lleva según de la Serna “al amor por
el vino, el gusto por la copa de tinto cenando con los amigos, el "mira,
yo no sé describirlos ni explicarlos, pero sé cuáles vinos me gustan y cuáles
no". El amor por el vino es condición necesaria, pero no suficiente, para
la cultura del vino.”
Todo lo contrario a la Cultura
del Vino es lo que hizo una ministra en España que equiparo el vino con los
destilados en una ley encaminada a proteger a los jóvenes de los males del
alcoholismo. Todo lo contrario a la cultura del vino son los eventos que socapa
de fomentar el vino, lo fomentan y adulan para aprovecharse de él entre consumidores,
que beben vino por rutina o por moda y beben cualquier cosa que se descorcha
este tumbada o no y que forma parte de
la aportación calórica de la dieta habitual de la sinrazón, pero lo desleían
con gaseosa, con hielo porque su mala calidad lo hace de tragar sin ella, y que
en cuanto pueden diversificar su consumo se van a otros tragos ya sea cerveza, la cola con
gotas o el whisky, ya que lo que les
importa no es el vino sino el alcohol.
Mucho vino caro, mucha botella
fuera de fecha, mucho cristal pesadote y pretencioso, mucho vino que exige un
gran esfuerzo para tomarse una segunda copa porque es duro, tánico y poco
amable, pero da igual yo me siento en la mesa que suene la estruendosa música,
que todos hablen a gritos y el vino para mi es una Cultura… que pena aquellos
que aplauden esta manera de ver al vino. CBV
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