Agustina De Alba se coronó por
segunda vez como la Mejor Sommelier de Argentina, en la quinta edición del
Concurso: Vino Argentino Mejor Sommelier de la Argentina 2012, organizado por
Asociación Argentina de Sommeliers y el Fondo Vitivinicola Mendoza.
En esta entrevista, De Alba,
habla sobre cómo ve el auge de la profesión en Argentina y el futuro de la
sommellerie.
-¿Cómo te acercas al mundo del vino?
-Mi amor por el vino comenzó a
los 15 años con un viaje que hice a Mendoza con mi papá. Allí, recorrí bodegas
y conocí desde adentro cada uno de los procesos de este producto. Cuando volví
a Buenos Aires me di cuenta que eso era lo que quería estudiar.
Primero comencé estudiando en la
Escuela de Sommeliers. Cuando terminé la
carrera decidí especializarme en Inglaterra en la empresa Gaucho, y luego
trabajé en la Isla Mauricio en África, en un restaurante con 2 estrellas
Michelin. En la actualidad trabajo en Aramburu, en San Telmo, que es un sitio
donde ofrecen comida de vanguardia.
-¿Cuál es tu percepción sobre el crecimiento de la carrera de Sommelier
en Argentina?
-Cada vez somos más, sobre todo
jóvenes, lo que habla de un recambio. Este es un factor muy importante, ya que
observamos que es una carrera que está cada vez más en auge, y se muestra como
una opción para los chicos cuando salen del colegio. Además, somos los responsables de comunicar sobre el
vino argentino.
También, este auge de la
profesión, se debe también a que son cada vez más los restaurantes que buscan
sommelier, al tiempo que los consumidores, principalmente en aquellos sitios
más caros, exigen que haya un sommelier para guiarlos con la carta y su
maridaje. Además, las bodegas están reconociendo el servicio de este
personaje. Hoy al sommelier se lo
valora, se lo busca, y muchas veces se lo contrata para que represente a una marca.
-Más allá de este auge, ¿Cómo observas al consumidor promedio frente a
un sommelier?
-Hoy el mercado nacional todavía
no tiene la apertura y el conocimiento sobre el sommelier. La mayoría de los
profesionales, como yo, trabajamos en lugares premium, donde el consumidor que
asiste, por lo general, es turismo internacional.
No estamos al mismo nivel de
Francia, Inglaterra, España, donde se ve un sommelier en cada uno de los
restaurantes. Acá la figura se la asocia
mucho a un encargado de vender un vino Premium o Super Premium, pero no es así.
En realidad, el sommelier sugiere y recomienda el mejor vino para un plato, la
ocasión y el bolsillo de cada una de las personas.
El sommelier es el gran
comunicador del vino. Con el auge de la carrera, como dije anteriormente, hay
muchos jóvenes ávidos en conocer el mundo. Allí, cuando viajan, promocionan el
vino en cada uno de los sitios donde están, donde se profesionalizan, donde
trabajan.
En mi caso en particular, por
ejemplo cuando trabaja en la Isla Mauricio, en la carta de vinos sólo había un
vino argentino. Fue por eso, que empecé a ponerme en contacto con
distribuidores y cuando me fui al año, ya había 20 etiquetas de vino argentino.
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